La ley prohíbe cualquier tipo de discriminación entre los trabajadores por motivo de sexo, raza, nacionalidad, religiosos, políticos, gremiales o de edad.
Es la situación en la que un sujeto ejerce una violencia psicológica extrema, de modo sistemático y recurrente durante un tiempo prolongado sobre otra persona y personas en el lugar de trabajo con la finalidad de destruir las redes de comunicación de la víctima o víctimas, destruir su reputación, perturbar el ejercicio de sus labores y lograr que finalmente esa persona o personas queden asiladas de su entorno laboral y acaben abandonando el lugar de trabajo.
Ante esta situación el trabajador, previa intimación podría considerarse despedido y cobrar la indemnización por despido correspondiente.