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Qué hacer cuando las deudas se vuelven impagables

Suele suceder que, al más mínimo retraso del consumidor, las empresas de crédito y financieras apliquen intereses altísimos al deudor. Incluso mostrando voluntad de cancelar la deuda, los planes de pago que se ofrecen pueden distar de las posibilidades del consumidor. 

¿Cómo sabemos si nos están cobrando bien y reclamar en caso contrario?

La historia es conocida. A veces pasa que una persona es despedida de su trabajo, sale de garante a un tercero o directamente no puede afrontar el pago de sus deudas, por lo cual las retoma más adelante. Sin embargo, los bancos y financieras suelen ser impiadosos y enseguida aplican fuertísimos intereses al deudor. Lo primero que intenta hacer el consumidor es un plan de pagos, muchas veces por teléfono y frente a aprietes o amenazas de embargos de bienes o de sueldo. Aquí comienza el error más común: pactar un plan de pago por teléfono es escribir sobre el aire: a las palabras se las lleva el viento y puede acarrearle más dolores de cabeza.

Para enfrentar una situación de morosidad, lo primero que se debe hacer es ponerse en contacto con la entidad a quien usted le debía originalmente. Ellos deben informarle si aun tienen la carpeta con su deuda o la misma fue vendida a un estudio jurídico o fideicomiso. Una vez que obtuvo los datos de quién es el encargado de cobrar su deuda, lo recomendable es pedir una discriminación de la misma al día de hoy, donde figuren todos los conceptos que pretenden cobrarle (deuda original, intereses, gastos judiciales, etc). Esto se debe pedir por escrito y le sirve a usted para tener una cifra concreta y exacta para llevarle a su abogado de confianza y que el mismo analice si efectivamente es un monto adecuado o le están cobrando de más, como suele suceder con los intereses usureros.

El abogado es la herramienta para ayudarlo a usted a regularizar su deuda y evitar futuros embargos. Siempre es preferible frenar la deuda antes que comience el cobro por vía judicial, ya que los gastos luego se acrecentarán bastante. Por ello siempre se recomienda tener con exactitud todos los datos referentes a la deuda: quien se la está cobrando, cual es el monto final que debe abonar, bajo qué condiciones, etc. Para esto es fundamental, repetimos, tener todo por escrito.

En caso que a usted lo hayan informado en una base de datos de morosos -como Veraz, Nosis, etc- una vez que haya saldado su cuenta debe exigir que le entreguen el certificado de libre deuda para poder hacer luego los trámites de regularización ante dichas bases de datos. Hay situaciones en que las deudas no fueron contraídas por la persona a quien se las imputan, como los casos de robo o pérdidas de DNI, cuando un tercero usa su nombre para realizar compras o pedir préstamos. En este caso usted puede pedir un resarcimiento por daños y perjuicios si es que lo mandaron a una base de datos por error ajeno. Esto obviamente no aplica a las deudas imputadas por salir de garante voluntario.

Todas estas herramientas le permitirán estar más precavido ante la situación de tener que abonar una deuda. Muchos estudios jurídicos abusan de su posición y pueden hostigarlo a abonar sumas en plazos cortos con los famosos «aprietes». Ante estas situaciones, siempre es mejor tener la opinión de un profesional para evitar futuros problemas. Asegúrese que pagará lo que la ley contempla para su caso especial y no montos establecidos caprichosamente de antemano.

Para tener en cuenta:

-Siempre pedir estado de su deuda actualizada y por escrito.
-Solicitar datos de contacto a la empresa que le quiere cobrar la deuda.
-Nunca arreglar planes de pago por teléfono sin tenerlo previamente por escrito.
-No firme ningún acuerdo sin asesorarse con un abogado y lea atentamente la letra chica. Recuerde que la firma implica aceptación y conformidad.
-Consulte sobre el monto final que le cobran. Asesórese para asegurarse que no está pagando de más o cifras que no corresponden.