Sepa Defenderse

Cómo pedir la baja de un servicio público o privado

Las empresas hacen oídos sordos cuando los usuarios piden la baja del servicio. Una repudiable maniobra que realizan para evitar perder clientes, violando la ley de los consumidores y usuarios. Sepa cómo hacerlo para no tener que pagar más.

Nada peor que hacer entender a un tonto algo que nosotros queremos hacerle comprender. Así se comportan las empresas de servicios públicos o privados cuando el usuario pide la baja del servicio. Se hacen las zonzas a un extremo que causa bronca e impotencia, al decirnos en la quinta vez que llamamos para darnos de baja: «…usted jamás solicitó la baja del servicio» o «…no consta en nuestros registros que haya pedido darse de baja».

La postura de estas empresas de hacerse las desentendidas o poner sus oídos sordos ante el reclamo de baja que formula el usuario, es justamente para evitar perder clientela. Entonces utilizan todos los medios posibles para no efectuar la baja del servicio.

Veamos algunas estrategias utilizadas por las empresas para no bajar el servicio y cómo contrarrestarlas por el usuario, aunque desde ya le adelanto que la única manera de darse de baja efectivamente es con el envío de una carta documento o telegrama colacionado:

1 – Teléfonos descompuestos: Nada más difícil que dar de baja un servicio otorgado por Telefónica de Argentina o por las empresas de telefonía celular, por ejemplo la casilla de correo (memobox), el servicio de bloqueos a celulares y larga distancia, servicios de mensajes de texto o multimedia o simplemente la posibilidad de no figurar en guía. Estas empresas están acostumbra-das a decir todo que si, pero en la práctica a no hacer nada con los reclamos de los usuarios, por lo tanto, la señorita o muchacho que atienda su llamada pidiendo la baja del servicio, le informará muy amablemente que en 48 horas se producirá la misma. Usted espera ese tiempo y cientos de días más y la baja no se produce. Vuelve a llamar para insistir con su decisión, esta vez atendiéndolo otra persona que nueva-mente vuelve a tomar su pedido de baja. Este nuevo empleado ya tiene grabado el disco con la frase: «pero… usted había pedido la baja con anterioridad?… acá no figura nada». Obviamente que sí figura su pedido, el tema es que no le dieron bolilla a su solicitud. Usted enojado por llamar por segunda o tercera vez le exige un número de reclamo y una pronta solución. El discurso de la empresa es el mismo en casi todas las veces que usted llama, se perdió su reclamo, todavía el sector técnico no procesó la baja, hay atrasos con las bajas, o simplemente le cambian el tema queriéndole vender otro servicio similar al que usted quiere sacarse de encima. Los teléfonos andan bien para lo que ellos quieren, pero para recibir pedidos de bajas de servicios parecen que están descompuestos.

2 – Internet, banda ancha, videocable, fibra-óptica y otras yerbas que siguen facturando a pesar de la baja: Si uno quiere contratar un servicio de estos, basta sólo con llamar por teléfono, dar sus datos personales y en menos de cinco minutos tiene el servicio funcionando en su casa y en diez días la primera factura de pago. El problema se presenta cuando el usuario se cansa del servicio, o encuentra otro más barato o con mejores beneficios, entonces debe comenzar su peregrinación telefónica para darse de baja. Llamadas que no atiende nadie, desvíos al sector técnico que no saben de qué se trata, trámites engorrosos y mucha, pero mucha, pérdida de tiempo. Durante todo este tiempo perdido, por supuesto, se paga el abono como si tuviera el servicio a satisfacción. Otros peores casos se dan cuando una vez registrada la baja y quitado el servicio, le siguen mandan-

do a su casa la factura del abono todos los meses, llamándolo por teléfono o intimándolo por cartas de estudios jurídicos para que pague todas las facturas impagas luego de la baja. Una verdadera barbaridad que cuesta tiempo y esfuerzo solucionar, teniendo que llamar por teléfono y concurrir personalmente con todos los papeles y los números de baja del servicio a los lujosos estudios de abogados (cómplices) contratados por las empresas, para explicar-les que el usuario no debe nada.

3 – Bancos y tarjetas de crédito que sólo reciben altas de clientes: Los bancos y empresas de tarjetas de crédito sólo quieren ganar plata, no importa si violan los derechos de los usuarios o caen en claras defraudaciones penales. Ellos le conceden a sus clientes todos y cada uno de los servicios que disponen. Si el usuario quiere dar de baja uno de ellos, por ejemplo una cuenta corriente, caja de ahorro, o posibilidad de emitir cheques en descubierto, debe asegurarse que las entidades bancarias y financieras entiendan bien y les quede bien asentada su decisión de dejar de utilizar el servicio. Ellos asegurarán que usted no pidió la baja y eliminarán astutamente todos los papeles firmados por usted peticionando la baja. El cliente cree que se va tranquilo por haber renunciado al servicio y el banco seguirá generando más gastos de mantenimiento que pronto le cobrará con un juicio ejecutivo.

En conclusión, la única forma de pedir la baja a un servicio público o privado es por medio fehaciente con copia en su poder, para eso nada mejor que el envío de una carta documento o telegrama postal. Así las empresas no podrán alegar oídos sordos ni pérdida de registros. Ya lo sabe.-