Sepa Defenderse

Docentes de escuelas privadas bastardeados

Las injusticias y malos tratos que deben soportar los docentes de escuelas privadas, nos muestran una realidad que debemos tratar de evitar.

Históricamente los docentes fueron ciudadanos calificados. Desde antaño, época del ilustre Domingo Faustino Sarmiento, ser docente o educador era una vocación y profesión que honraba a quien la tuviera. El conocimiento se aprende y se aprehende por medio de técnicas, procedimientos y métodos que son impartidos por los maestros. El maestro pone todos sus conocimientos, su paciencia, su tesón, dedica su vida al aprendizaje de su alumno para que éste pueda ser, mañana, un hombre de bien. Un país con mala educación se dirige fatalmente al fracaso. Los docentes son los únicos actores sociales que cargan con la responsabilidad de asegurar un futuro próspero y digno para todos los argentinos.

Comenzó un nuevo ciclo lectivo y continúa la vida del docente, esa vida llena de lucha y esfuerzo: levantarse muy temprano por las mañanas, corregir cientos de exámenes hasta altas horas de la noche, censurar y enseñar modales a los alumnos «mal-aprendidos» que se la pasan diciendo malas palabras en clase, ensuciarse manos, cabellos y vestimenta con las tizas, pegarse todos los dedos con la plasticola, preparar clases, programación y planillas varias, soportar a padres tan maleducados como sus hijos que los increpan por ese «uno» puesto al crío que se copió en el examen de fin de trimestre, lidiar con las injusticias diarias que se dan cuando «ese alumno» es hijo de «aquel funcionario» y, por supuesto, «no lo pueden desaprobar…», entre otros.

Por si todo lo dicho anteriormente fuera poco, ahora somos testigos de la nueva era de los «docentes bastardeados». Docentes reducidos a esclavitud, vituperados, difamados, abusados, y descalificados al punto tal de despojarlos de su dignidad humana. Esta situación es moneda corriente en varios colegios privados, donde los directivos, representantes legales y demás yerbas violan todos los derechos de sus docentes. A modo de reseña, y dejando de lado una mayor cantidad de situaciones, denunciamos las violaciones de derechos que pesan sobre los docentes:

CAMBIO DE HORARIO Y QUITA DE HORAS DE PREPO: Los directivos modifican los horarios de sus docentes a su entero arbitrio. Hacen movimientos de días y horas y reducen la carga horaria, notificando al docente su nueva ubicación. Si el docente pierde horas o no puede, o no quiere, ese nuevo horario, es «obligado a renunciar» a esas horas, desperdiciando todo derecho indemnizatorio. El trabajador tiene derecho a ser mantenido en su horario de trabajo, y si no puede o no quiere efectivizar el cambio, deberá ser indemnizado por las horas que ha perdido por el antojo de su empleador.

NEGRO QUE TE QUIERO NEGRO: Un alto porcentaje de docentes privados están laborando sin registración legal, vulgar-mente llamado «en negro». Esta situación los priva de acceder a una obra social, de cumplimentar aportes al sistema jubilatorio, de contar con un seguro de accidentes o enfermedades laborales, de acceder a una justa indemnización por despido, etc. La explotación de los trabajadores «en negro» es severamente castigada por la ley 24.013 imponiendo costosas multas a los empleadores que no registren a sus empleados docentes.

CHE PIBE, VENÍ… HACETE ESTO: Los directivos y representantes legales se olvidan a menudo, que sus docentes son «profesionales educadores», cuando los obligan, a realizar actividades tales como: controlar la entrada y salida de los chicos del colegio, vigilar los baños durante los recreos, barrer las aulas al finalizar la clase, limpiar los bancos escritos por los alumnos, pintar paredes en época de vacaciones, hacer cuanto cartel o marquesina se le ocurra al directivo de turno, entre otras. La ley laboral es precisa en este punto: los trabajadores deben realizar las tareas que estén de acuerdo con su calificación profesional. La labor del empleado es específica y no puede alterar la modalidad esencial del contrato de trabajo, ni causar perjuicio material ni moral al trabajador.

TE PAGO DIEZ, FIRMÁS POR VEINTE:

Otra avivada criolla de los colegios privados es hacerle firmar a sus docentes recibos de sueldos por mayor valor del que cobran efectivamente. Con esta maniobra hacen figurar el pago de incentivos, horas extras y demás rubros que, por supuesto, los docentes jamás perciben. En este punto, es preciso explicar que si el trabajador firma por un monto mayor, jamás podrá reclamar legalmente la diferencia.

MAÑANA TE PAGO: Lo peor que hay para un trabajador es «no cobrar» por su labor. Una estrategia muy común es atrasar los pagos de los sueldos docentes hasta que se venza el reclamo. Así por ejemplo, los meses de enero de cada año no se pagan, prometiéndose que se saldarán en marzo cuando el colegio tenga dinero por las matrículas. Lo cierto es que esa promesa jamás se cumple y los docentes comienzan a tener meses impagos atrasados. La ley laboral impide reclamar por esas sumas adeudadas si han pasado más de dos años. Ya que todos los créditos laborales prescriben en esos dos años.

VOS TRABAJÁS DE MARZO A NOVIEMBRE: Las escuelas privadas parecen reductos de forajidos y estafadores que inventan curiosas formas de violar la ley laboral de sus docentes. La nueva técnica es fingir contratos de trabajo de marzo a noviembre de cada año. Los ponen en «blanco» y obligan a los docentes a «renunciar» a sus puestos los primeros días del mes de diciembre. De esta manera pierden la antigüedad en el puesto, no cobrando los meses de diciembre a febrero

Ya lo sabe, consulte con un abogado de confianza.-